miércoles, 13 de agosto de 2008

Mis Raices del Anime

¿Cómo conocí el anime? Como muchos, empecé a ver anime desde niño por la televisión abierta. Cada fin de semana (en el conocido bloque de caricaturas), me sentaba desde temprano frente a la TV y veía "Mi Caritele"; aunque no tenia idea de donde sacaban las caricaturas, siempre me gustaban. Me interesaron algunas más que otras porque eran un poco diferentes del resto. Aunque no discriminaba a la hora de ver la tele, las que más recuerdo son Astroboy, la Princesa de los 1000 Años, Caballeros del Zodiaco, Fuerza G, Supercampeones, Mazinger Z y otras.

Cuando llego el cable, me desvelaba por intentar ver hasta donde seguían pasando caricaturas (no sabia que los canales eran las 24horas XP) pero, al parecer, el anime no era popular entonces (hablo de mediados de los 90's). Sin embargo, gracias al cable, descubrí muchas formas diferentes de ver y apreciar el séptimo arte, enfocándome en la animación, específicamente. Ahí redescubrí lo que era ANIME, y no sabia que ya me gustaba desde pequeño. Supe lo que eran los otakus y, junto con mis amigos, platicaba en la escuela de cada serie que nos gustaba, incluso tenia un caballero del zodiaco dorado original, de esos que ya no encuentras. Al tener un tema en común, conocíamos más gente con los mismos intereses y, así, seguíamos adentrándonos en la cultura del lejano oriente.


Entonces, ¡llegó la moda de pasar anime en todos los canales! Después del éxito de Dragon Ball, Fly
y Sailor Moon, junto con Voltron y otras series por cable, incluso los Power Rangers, las televisoras nos empezaron a bombardear con anime (de los 80's, lo sé porque, como friki, me quedaba a ver los créditos cuando todavía pasaban completos, ¿recuerdan eso?) y también, claro, de consumismo. Incluso logre ver un canal para la TV satelital enfocado al anime, allá por el '99, llamado Locomotion, si lo hubiera tenido, habría sido un teleadicto enserio y feliz =) ah... que recuerdos.

Cuando el internet llego a ser accesible y a precios razonables, era un gran medio para socializar. Todos los otakus del planeta podían platicar y conocer más sobre sus series favoritas ¡yay! El fenómeno se daba a conocer con más fuerza
y me di cuenta que lo que nosotros alcanzábamos a ver era sólo la punta del iceberg comparado con todo lo que Japón tenía para ofrecer al mundo, ya sea porque no todo era interesante para la audiencia en general, censura o derechos de autor, pero, junto con mis amigos, podíamos disfrutar, de vez en cuando, de alguna película nueva y diferente.

Después, y por ultimo, llegué hasta CNAMKO, donde tuve la oportunidad, no sólo de seguir aprendiendo más acerca del anime, junto a personas que comparten la misma pasión que yo, sino también lograr darlo a conocer en Xalapa y poder despejar algunas telarañas de mentes negativas que tengan ideas estereotipadas acerca del anime. Si logre ampliar mi apreciación, no solo del anime sino también de otras formas de arte, espero poder proyectarlo hacia los demás.


Fin
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